sábado, 16 de septiembre de 2017

Rutina

Volver a la rutina debería ser rutinario. Lo hacemos muchas veces. En los países desarrollados, las personas que tenemos la suerte por no decir el privilegio de tener un trabajo decente lo hacemos cada vez que volvemos de vacaciones. Sin embargo, cada año se habla de esta vuelta a la rutina como algo todo, menos rutinario. No creo que sea cuestión solo de los periodistas que de ello hablan y que tienen que buscar debajo de las piedras esas serpientes que poder presentar cada verano. Me da la sensación de que es real, la gente se queja.

No es mi caso. Tengo la misma facilidad para irme de vacaciones que para volver. Por supuesto que echas de menos cosas a la vuelta, otras rutinas a las que has acostumbrado a tu cuerpo. Sobre todo si has estado varias semanas ausente. Por supuesto que los primeros días tendrás más sueño o más hambre. O quizás menos porque todavía estás descansado. El caso es que las diferencias son algo más que normal, lógico.

Por lo demás, volver un miércoles ayuda. Una primera semana de tres días es de agradecer. Tres días, además, creo que es lo suficiente como para readaptarte nuevamente a tu puesto, conocer los cambios que en tu ausencia han ocurrido y hacer memoria de aquellas cosas que empezaste poco antes de las vacaciones y que, naturalmente, no se grabaron con la misma nitidez de otras que llevabas haciendo más tiempo.

Un último punto que puede estar bien a la hora de retomar la rutina es el volver a escribir en el blog con la regularidad que se pueda. No es obligatorio pero sí recomendable. Intentaremos tomar nota.

Un saludo, Domingo.

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